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sábado, 20 de septiembre de 2025

LA CONSTITUCIÓN DEL ECUADOR NO ES LA RESPONSABLE DE LA DELINCUENCIA

Estamos asistiendo en estos días al manejo intensivo de trolls al servicio del gobierno de Noboa, quien busca imponer una dictadura represiva y sin control ni fiscalización alguna. Es perceptible apreciar como aplican la práctica intensiva, sin réplica, en la práctica del bombardeo ideológico trazado por el ministro de Propaganda del nazismo, Joseph Geobbels, quien enseñaba a todos sus subalternos del Tercer Reich que “Una mentira cien veces hábilmente repetida se convierte en verdad”. Analicemos dicha manipulación informativa y el anonimato agresivo y descalificador en sus mensajes.

Existen tres objetivos en las campañas de mentiras del oficialismo, con cientos o miles de trolls, en estos días:

Primero: Hacer creer que la delincuencia existe porque así lo permite la Constitución vigente.

Segundo: buscan convencer a nivel nacional que la masiva, poderosa e inocultable movilización en Cuenca, defendiendo sus fuentes hídricas, ha sido producto de la desinformación y el engaño a la ciudadanía.

Tercero: Pretenden indisponer a la mayor cantidad de gente posible en contra del movimiento indígena, para intentar neutralizar y descalificar sus proposiciones, incluso recurriendo a aspectos racistas. 

Vamos hoy al primer objetivo engañoso a la luz de la lógica y de la razón.

En Ecuador, al igual que en Colombia, Perú, Bolivia, Honduras, México, Chile, y otros países existen problemas de seguridad y de delincuencia similar. Pero la Constitución del Ecuador no está vigente en ninguno de los hermanos países, ni tampoco la Carta Magna de ellos rige en nuestro país, pero en todos ellos, con Constituciones diversas, existen problemas de seguridad similar.

Quienes dicen que la raíz de la delincuencia del Ecuador está en el texto constitucional, están profundamente equivocados. Nunca precisan cuáles son los artículos que promueven la criminalidad o la impunidad. Solo se han referido a que el Art. 416, numeral 6, permite el ingreso de extranjeros, que por cierto es una regulación discutible. El concurrir a otro país, emigrar incluso, no es soporte para creer con razón que migración es sinónimo de criminalidad. Nuestros compatriotas están en EE UU, Canadá, México, España, y cien países, pero en ninguna parte son irrespetados ni menospreciados. Todo lo contrario, son muy estimados por su sencillez y laboriosidad. Siempre debemos recordar el viejo dicho: “No hagas a otro lo que no deseas que te hagan a ti.”

LAS NORMAS QUE JUZGAN LOS DELITOS Y ESTABLECEN PROCEDIMIENTOS JURÍDICOS, PENAS Y SANCIONES NO ESTÁN EN LA CONSTITUCIÓN, SINO EN LAS LEYES SECUNDARIAS. Sobre todo en el Código Orgánico Integral Penal, COIP, en el caso de nuestro país. Esos cuerpos jurídicos son los que deberían perfeccionarse, y junto a ello tener jueces y fiscales probos y honestos. Recordemos que el 7 de mayo del 2011 mediante fraude electoral, con 1´229.330 votantes fantasmas se llevaron las cortes. Que existen jueces y fiscales que son una calamidad, sin absolutizar eso es cierto. La mayoría se posesionaron luego del fraude para tomarse la Justicia, Pero ningún presidente desea cambiar a la Administración de Justicia. Ni Moreno, ni Lasso, ni Noboa, han propuesto jamás depurar la administración de Justicia. Y todos han hecho consultas ciudadanas, pero nadie aborda ese aspecto fundamental en una sociedad. ¡Noboa no ha propuesto jamás nada al respecto, pero está muy preocupado para que se permitan los juegos de azar en los casinos de hoteles de cinco estrellas!

¿Por qué los delitos más comunes y que más se presentan en los países de Sudamérica no son los mismos que se producen en Suecia, Noruega, Dinamarca, u Holanda? ¿Creen que es un problema de genes o racial? Nada de eso. En nuestros países los delitos más comunes son los de carácter económico y de raíz social. Miremos los porcentajes de los presos por el tipo de delito. Hacia fines de la década del sesenta, hace décadas, el distinguido jurista lojano Jorge Hugo Rengel, elaboró un texto sobre el origen social del delito o “Concepción Sociológica del Delito”. Las encuestas evidenciaron que el 85% de los presos eran por hurtos, robos, microtráfico; eran los pungas, arranchadores, escaperos, y ese tipo de delitos.

Los jóvenes que ingresan a las organizaciones delictivas no lo hacen por el texto constitucional, sino porque no tienen trabajo ni estudio y les ofrecen ganar algunos cientos de dólares para que sobrevivan sus familias. Entre el 2011 al 2019 quedaron fuera de las universidades, por regulaciones discriminatorias, un millón 300 mil jóvenes y de ellos un millón no poseían trabajo. A la oligarquía no le ha importado jamás la vida del pueblo. Ellos solo piensan en las privatizaciones, comisiones, “mordidas”, e incrementar sus fortunas con total impunidad. Ahora proponen una Asamblea en la que ellos tengan mayoría con un Consejo Nacional Electoral de bolsillo. ¡Para ello ponen a trabajar a sus miles de troles para convencer a la ciudadanía con mentiras, calumnias, ataques, distorsiones e inventos!


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