“Dentro del ángulo y firmeza de nuestras ideas, nosotros
conceptuamos antipatriotas y calificamos con dureza a quienes actúan entregando
el cobre, el salitre, el petróleo o el uranio, en la creencia de que nuestra
condición de pueblo en desarrollo nos obliga a someternos más y más a la
prepotencia del imperialismo financiero, el cual, por lo demás, siempre trae
aparejado el sometimiento político.” Salvador Allende.
1. En América Latina las llamadas
expresiones “progresistas” no son otra cosa que instrumentos disfrazados al
servicio de las multinacionales. Son expresiones que utilizan el discurso,
nombres, consignas, canciones, de las genuinas fuerzas populares, para llegar
al poder (frente al desgaste de los partidos tradicionales) y continuar al
servicio de las mismas corporaciones extranjeras. Un ejemplo clásico es Correa,
el destructor de las organizaciones populares y quien privatizó gran parte de
la riqueza nacional, como lo ofrece Jair Bolsonaro en Brasil, y fue similar al
PT en el manejo indecoroso de los bienes públicos. ¡Los pueblos no tienen
otras reservas para su desarrollo productivo que sus recursos naturales!
¡Perder esta riqueza es renunciar a su bienestar y soberanía!
2. ¡Jamás puede un verdadero socialista
ser un vendepatria o agente de las multinacionales! ¡Nunca! Recordemos que
Salvador Allende Gossens, el sí socialista auténtico (y no fascista disfrazado
como Correa), llegó a la Presidencia de Chile en 1970, y propuso al parlamento
de su país la nacionalización y recuperación para Chile de su patrimonio social
y nacional, que estaba en manos de las corporaciones extranjeras, el 6 de junio
de 1971, el mismo que se plasmó en la Ley 17.450 del 11 de julio de 1971,
retirando de las manos de la Kenecott Copper Company y de la Anaconda Company, todo
el cobre de Chile para su Patria querida.
3. Así recuperaron las ganancias de las
minas de Chuquicamata, la Escondida, El Salvador y El Teniente, ubicadas en el
desierto, que representaban el 70% de las exportaciones de Chile a inicios de
la década del setenta del siglo anterior, para impulsar el bienestar, progreso
y desarrollo industrial y agrícola de su pueblo, así como el bienestar y
progreso de su población, sin deuda que devolver sino con dinero propio de
Chile! ¡Ni Pinochet se atrevió a reprivatizar!
4. Allende demostró en la ONU, en
octubre de 1972, que esas compañías con una inversión de treinta millones de
dólares se llevaron más de cuatro mil millones de dólares. El 22 de septiembre
de 1972 Allende nacionalizó las telecomunicaciones que estaban en manos de la
también multinacional norteamericana International Telephone and Telegraph,
ITT. Con los fondos provenientes de las nacionalizaciones Chile tuvo muchos
recursos, sin deuda externa ni pago de intereses, para su despegue industrial,
agrícola y agroindustrial.
5. ¿Para qué endeudarse si un país
dispone de inmensas riquezas petroleras, mineras, agrícolas, acuíferas,
pesqueras, y de todo otro tipo? Los políticos apátridas que transfieren la
riqueza de su país son los alfiles de la globalización, los peones al servicio
de las multinacionales y del capital corporativo mundial, que usan un lenguaje
encubridor para consumar el saqueo y pillaje del patrimonio social y nacional
de nuestros pueblos. ¡En este aspecto medular y fundamental nunca podemos
equivocarnos! ¡El fascismo del siglo XXI es parte del proyecto globalizador de
la dictadura fascista mundial que van encaramando de un país tras otro en forma
concertada con los grandes grupos financieros, verdaderos dueños de las
multinacionales!
¡LA PATRIA NI SE VENDE NI SE RINDE!
¡LA PATRIA CON EL ALMA SE DEFIENDE!
¡VIVA EL ECUADOR LIBRE Y ETERNO!
Octubre del 2018.
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