1. Estamos en una República secuestrada. Existe un presidente que a pesar de haber ofrecido en forma solemne y reiterada suscribir un acuerdo anticorrupción con las Naciones Unidas, similar al existente con Guatemala, no lo puede cumplir. El mismo mandatario ofreció cirugía mayor contra la corrupción, pero todavía no encuentra un rudimentario bisturí y todo sigue igual. En 18 meses de gobierno no se ha podido recuperar un solo centavo y muchos ciudadanos suponen que los documentos que pudieron existir el 24 de mayo del 2017, el día del cambio de régimen, pudieron haber desaparecido. ¿Qué lo atemoriza y paraliza para no precautelar los intereses nacionales? ¿Existe alguna fuerza política que lo mantiene chantajeado, como rehén indefenso, porque conoce algún recóndito secreto que todavía no saben los compatriotas? Su conducta es inexplicable, y aunque dice que condena las prácticas correístas está lleno de sus allegados, de sus mismas prácticas, políticas clonadas, idénticos asesores, similares mentiras. ¿Se alistan para aplicando las leyes ya aprobadas por el correismo o fascismo del siglo XXI transferir las centrales hidroeléctricas, las telecomunicaciones, el Banco del Pacífico, las tierras rurales de costa, sierra, oriente y Galápagos, y todos los bienes públicos que no transfirió Rafael Correa? ¿Quién defiende los intereses nacionales? ¿Quién precautela el patrimonio social y nacional de la República indefensa?
2. Existe una Asamblea Nacional con una dudosa composición democrática, producto de un proceso electoral turbio o fraudulento impulsado por el oficialismo. Dijeron que los votantes habilitados -los mayores de 16 años- eran 12´735.792; pero para disponer de esta cantidad de electores el Ecuador debería tener 19,4 millones de personas en febrero del 2017. Esto es tres millones más que los que en verdad poseía. El oficialismo dice que obtuvo 74 de los 137 escaños; pero la inmensa mayoría sabe que eso no es cierto. Correa, para protegerse, ubicó encabezando sus listas, a una selección de sus encubridores –que de preferencia posean intereses comunes- escogiendo a sus ministros anhelantes de inmunidad, gobernadores y autoridades que en vez de permanecer en sus curules, obstruyendo la fiscalización y encubriendo a los responsables, deberían rendir cuentas y algunos quizá merecerían estar presos. ¡Con el proceso electoral fraudulento del 19 de febrero del 2017 el fascismo del siglo XXI asaltó el poder legislativo por reiterada vez para encaramarse sobre las espaldas de un pueblo atormentado, desocupado, saqueado e indefenso! ¡Exactamente como lo hizo Benito Mussolini el 6 de abril de 1924, y como lo hizo Adolfo Hitler el 5 de marzo de 1933! ¡Revisemos la historia! ¡Los métodos del fascismo son similares en todo tiempo y lugar!
3. Esta mayoría legislativa de dudoso, turbio o fraudulento origen, impidió en forma rabiosa el juicio político al ex vicepresidente Jorge Glas, al ex secretario particular de Rafael Correa y presidente del Consejo de la Judicatura Gustavo Jalkh, y a varios ex ministros como Augusto Espinosa. En vez de representar a un noble y sufrido pueblo, son los centinelas para proteger a sus verdugos, a la pandilla del fascismo del siglo XXI, para garantizar que toda la legislación represiva, antinacional, antipopular, privatizadora, de impunidad absoluta para la más poderosa banda de delincuencia organizada de la historia de la República quede intacta. Por su escandalosa complicidad e incumplimiento del Art. 120, numeral 9, de la Constitución, que los ordena fiscalizar, al igual que la mayoría legislativa precedente, merecerían ser enjuiciados y quizá estar presos al tenor de los Arts. 42, numeral 1, literal b, del Código Orgánico Integral Penal, COIP, que determina que son autores directos “quienes no impidan o procuren impedir que se evite su ejecución (de un acto delincuencial) teniendo el deber jurídico de hacerlo”, y también el Art. 23, inciso segundo, del mismo COIP que proclama: “No impedir un acontecimiento, cuando se tiene la obligación jurídica de impedirlo, equivale a ocasionarlo.”.
4. Los jueces y fiscales que encarcelaron a cientos de compatriotas inocentes por delitos inexistentes, caso del 30S del 2010, o falso golpe de Estado -del que todavía no conocen a su gestor- siguen campantes en sus funciones. Quienes condenaron a Emilio Palacio y El Universo, Fernando Villavicencio, Cléver Jiménez, Carlos Figueroa, Mery Zamora, Juan Carlos Calderón, Cristian Zurita, a los dirigentes de la CONAIE y ECUARRUNARI; de los colegios Mejía, Montufar, Central Técnico, ambientalistas, indígenas, se ufanan de su insuperable sumisión al servicio del verdugo para amedrentar, sembrar el miedo, e inmovilizar a un pueblo bueno y apacible como el nuestro.
5. Los fiscales generales dependían de la voluntad absoluta y capricho infame del dictador, quien se jactaba de su control. Pólit fue un cancerbero al servicio de la delincuencia organizada. Solo la actual Contraloría ha dado algunas muestras notables de empeño e independencia. Todas las demás entidades fundamentales siguen de rehenes de las mismas autoridades del fascismo del siglo XXI. ¡Abramos los ojos compatriotas! ¡Vivimos en un país secuestrado por las fuerzas más retrógradas que ya ha trasferido el petróleo, las minas, los puertos, la telefonía celular, y gran parte del patrimonio social y nacional!
Debemos recuperar las instituciones republicanas, ¡lo que es difícil con organismos electorales que presentan un padrón inflado en más de 1,5 millones de votantes fantasmas y con el mismo software trucado! ¿Vamos a una Asamblea Nacional Constituyente? ¿Cómo y quién hace respetar la genuina voluntad del pueblo para liberarnos del secuestro social y político que padecemos? ¡Pensemos, tomemos conciencia, organicémonos! ¡No podemos rendirnos! ¡Defendamos la vida misma y un mínimo de bienestar y desarrollo para esta y de las futuras generaciones! ¡Que nadie sea indiferente al destino de nuestra Patria Bendita acosada y saqueada!
¡LA PATRIA NI SE VENDE NI SE RINDE!
¡LA PATRIA CON EL ALMA SE DEFIENDE!
¡VIVA EL ECUADOR LIBRE Y ETERNO!